La soledad se ha convertido en un fenómeno cada vez más relevante en las sociedades occidentales, impulsado por profundas transformaciones demográficas, sociales y culturales. La pandemia de COVID-19 no hizo sino acentuar aún más su visibilidad y urgencia.
Esta conferencia abordará el impacto de las dos formas más comunes de soledad vivir solo (aloness) y sentirse solo (loneliness) sobre el crecimiento regional en Europa. El análisis revela que el rápido aumento de los hogares unipersonales a menudo fruto de una elección voluntaria, especialmente entre jóvenes profesionales está asociado a un mayor dinamismo económico. En cambio, la soledad emocional tiende a frenar el crecimiento, aunque sus efectos varían según la frecuencia de las interacciones sociales.
La relación, sin embargo, no es lineal: la ausencia total de vínculos sociales puede ser tan perjudicial como su exceso. El punto óptimo de sociabilidad parece encontrarse en encuentros sociales aproximadamente una vez por semana.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de políticas públicas que, por un lado, garanticen la libertad de elección en los modos de vida, y por otro, prevengan la soledad no deseada. Comprender los distintos tipos de soledad puede tener efectos positivos tanto en la salud y la cohesión social como en la prosperidad económica."La Fundación Ramón Areces no se hace responsable de las opiniones, comentarios o manifestaciones realizados por las personas que participan en sus actividades."