El Ártico Siberiano, un territorio ubicado por encima de los 60ºN y más allá de los 60ºE, es una región totalmente desconocida, incluso para los propios rusos. Un territorio remoto y de difícil acceso, hogar durante siglos de etnias indígenas que han aprendido a sobrevivir en condiciones naturales extremas, y que ahora parecen estar condenadas a desaparecer como consecuencia de la globalización y el cambio climático. El explorador y etnógrafo Miguel Ángel Julián ha dedicado casi dos décadas a explorar estos territorios extremadamente remotos, y a estudiar las etnias indígenas del Ártico Siberiano para intentar que no desaparezcan en el olvido. Así ha podido conocer a personas extraordinarias que viven en territorios olvidados y desconocidos, con historias que merecen ser escuchadas, preservadas y divulgadas."La Fundación Ramón Areces no se hace responsable de las opiniones, comentarios o manifestaciones realizados por las personas que participan en sus actividades."